EL TIRO CON ARCO EN LAS OLIMPIADAS

El torneo de tiro con arco más antiguo, celebrado ininterrumpidamente y que todavía existe, el Ancient Scorton Arrow, se inició en Yorkshire en 1673.

En 1781 se fundó la Royal Toxophilite (en griego, toxon, "arco"; philos, "amante", "amigo") Society, para impulsar este deporte.

A partir de aquí se formaron muchas otras sociedades de este tipo, con lo que surgieron los torneos que abrieron la puerta para que el tiro con arco se constituyera en una práctica de competición.

Para 1787 las mujeres ya formaban parte de estas asociaciones.
En los juegos olímpicos de París 1900 se hicieron por primera vez competiciones de tiro con arco.

Fué una forma de homenaje a Hércules, que es considerado como el primer arquero de la humanidad.

De manera más formal se compitió en tiro con arco durante las olimpiadas de San Luis 1904 e Inglaterra 1908. Aunque tuvieron que pasar más de 50 años para que la arquería fuera un verdadero deporte olímpico.

En aquellas primeras incursiones se suscitó el problema de no contar con reglas válidas en todo el mundo, y se competía sólo cuando el país sede de los juegos tenía tradición y agrupaciones de arqueros.

Para 1930 los polacos crearon un reglamento que dio la pauta para que se formara la Federación Internacional de Tiro con Arco (FITA), que empezó a regular esta actividad.

En 1972 el tiro con arco reapareció y se consolidó en las olimpiadas de Munich.

Modernizado en las olimpiadas de Barcelona 92 y para aumentar el interés, las tiradas olímpicas consisten en una ronda clasificatoria, una eliminatoria, una final, una eliminatoria por equipos y una final por equipos.

Las pruebas individuales engloban 64 arqueros que tiran todos al mismo tiempo a dianas situadas a 70 m de distancia.

Aquellos que consigan la mayor puntuación, después de varias tiradas eliminatorias, compiten por las medallas.

La competición se sigue realizando de acuerdo con las reglas de la Federación Internacional de Tiro con Arco.